El monograma partió por una exhaustiva investigación en el archivo de la marca, que data desde los años 70. Mediante esas referencias basó su diseño y los motivos para la emblemática marca.
Existen dos elementos claves en la actual propuesta. La primera es la elección tipográfica, donde se observa una slab serif de corte clásico que contrasta con el palo seco de la tipografía corporativa de la marca. La segunda es el color rojo del monograma se aleja del rojo vibrante del actual logotipo.
Esta combinación tiene la intención de trasladarnos a otra época, dándole un aire retro que mantiene la elegancia. Esta intención se presenta en la narrativa visual de la campaña de presentación de TH monogram.

Mediante la propuesta de diseño, la marca cobró mayor protagonismo y lanzó una nueva imagen que es atractiva para sus clientes. La paleta y el diseño en azul marino, burdeos y blanco hacen que sus productos sean reconocibles a primera vista.